HISTORIA DE LOS AMBIENTADORES O FRAGANCIAS

Los inicios de la perfumería se remontan a la Edad de Piedra, cuando los hombres incineraban maderas aromáticas para complacer con humo a sus divinidades. No obstante, la fabricación de perfumes para uso humano comenzó con los egipcios, quienes fueron los primeros perfumistas artesanales de que se tiene noticia y que lograron extraer aromas naturales de los más variados tipos. Para que se tenga una idea de cuánto avanzaron en ese sentido alcanza con mencionar que cuando se abrió la tumba del faraón Tutankamon se hallaron más de tres mil potes con fragancias que aún conservan su olor, a pesar de haber permanecido enterrados por más de 30 siglos. Por aquellos tiempos las egipcias colgaban de sus cuellos pequeños recipientes de barro con sustancias aromáticas y llegaron a creer que el buen olor ahuyentaba las enfermedades. Con el tiempo, la perfumería sufrió muchas transformaciones, hasta llegar a la producción industrial. Uno de los descubrimientos claves para llegar a esto fue el hallazgo árabe del alcohol, en el siglo VIII. Aceites y resinas olorosas diluidas en el alcohol revelaron toda la plenitud de sus cualidades aromáticas, dando así origen a perfumes mucho más finos. Las fragancias con aromas de flores tienen ingredientes básicos como el jazmín y la rosa, aunque se produce también con gardenias, violetas, narcisos y lilas. Los hay elaborados con fragancias críticas como el limón y la naranja, tanto de sus flores como de sus propios frutos. Beneficios del ambientador natural: ·Ayudan a mejorar la memoria, vencer el miedo y algunos dicen que hasta a sentir menos hambre. ·Con el uso de ciertos aromas nuestros niveles de energía aumentan. Somos capaces de trabajar mas tiempo rindiendo mejor, y no solo en el trabajo si no también en la casa en el gimnasio, etc. ·Otros estudios esta vez en la Universidad de Pittsburgh (USA) demostraron que los fumadores sintieron menos deseos de fumar después de oler aromas fuertes. Por lo que se cree que algunos aromas pueden ayudar a distraer la atención en el antojo y a pensar en los recuerdos que el aroma tiene. Los aromas traen recuerdos consigo.